Su aroma dulce, acaramelado y afrutado son el toque de sabor perfecto para un ron que se ha ganado el reconocimiento de los colombianos. Su materia prima y su añejamiento en barriles de roble blanco, a más de 2.200 metros de altura, son la clave para lograr ese espirituoso sabor que hace que se imponga donde se brinde. La excelente complejidad que lo caracteriza hacen del Ron Viejo de Caldas, el ron de los que saben.